Comienza la huida hacia delante, ciudadanos piezas en un reloj de cemento, empujados otra vez a sus senderos invisibles, repitiendo los ritos, otra vez las máscaras sobre el escenario repitiendo una vez más el primer acto. Ajenos a todo, tras la barrera de hormigón; la luz y el mar, los antiguos amantes se desperezan, rozándose bajo nubes de sábanas haciendo que todo sea diferente.
Esta foto me hace llegar que la luz que atraviesa las nubes a través de rayos solares nos ilumina en cada instante el camino que hemos elegido. Solo hay que ser consciente de ello. Es la unión con el Universo y la consciencia de cada uno lo que forja cada paso que damos.
ResponderEliminarMenudo lunes me espera! Esos rayos de luz me te le transportan y hacen más ligero mi día de trabajo
ResponderEliminarPreciosa,
ResponderEliminarsublim,
la meva ciutat,
és de les poques vegades que utilitzo el possessiu "meu",
amb aquesta ciutat de sentiments ambivalents....
la terra i el cel