Y mientras el aire sopla, me mezo y me acuno en él y en la mirada contemplo el horizonte de colores dorados en el que siento de nuevo la paz, el sosiego todo ello dormido y a la vez despertado en el sonido y silencio del aire que me envuelve, de esa brisa donde la caricia se vuelve serena, armoniosa. La tela se balancea y se sujeta y en ese vaiven se encuentra.
A modo de mantra, la suave brisa columpia las oraciones budistas escritas en sábanas blancas devolviéndome la paz que buscaba en lo alto de la montaña nevada.
MAGNÍFICA imagen! Esa brisa que mece esos textos escritos en algodón siempre es agradable. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarY mientras el aire sopla,
ResponderEliminarme mezo y me acuno en él
y en la mirada contemplo
el horizonte de colores dorados
en el que siento de nuevo
la paz, el sosiego todo ello
dormido y a la vez despertado
en el sonido y silencio del
aire que me envuelve, de esa
brisa donde la caricia se vuelve
serena, armoniosa.
La tela se balancea y se sujeta
y en ese vaiven se encuentra.
PRECIOSA ARMONIA DE COLORES.
A modo de mantra,
ResponderEliminarla suave brisa columpia
las oraciones budistas
escritas en sábanas blancas
devolviéndome la paz que buscaba
en lo alto de la montaña nevada.